Es de bien nacidos ser agradecidos y Eduardo Camavinga parece haber aplicado esa frase a la perfección. El francés de 18 años ha cumplido su sueño de fichar por el Real Madrid, pero no se ha olvidado, ni mucho menos de sus orígenes, con un gesto que le honra.
El centrocampista ha enviado 166 camisetas del Real Madrid con su nombre y el ’25’ a la espalda a la cantera del Rennes –club donde se ha formado– en señal de agradecimiento por todo lo que ha aprendido durante estos años. El jugador ha salido de un lugar donde otros internacionales franceses como Matuidi o Wiltord arrancaron sus exitosas carreras profesionales.
Camavinga quiere mantener viva esa estirpe en un club que vive de formar jugadores que sueñan con alcanzar lo que él ha logrado en este mercado de fichajes. El zurdo, que celebró su fichaje por el Madrid con un golazo desde fuera del área, fue adquirido el último día de mercado por 35 millones de euros en una operación relámpago.
El jugador había vestido el ’10’ con el Rennes durante la última temporada, pero no se pudo hacer con ese dorsal al estar en posesión de Luka Modric. Quizá ese sea el próximo objetivo de un Camavinga que tiene como límite ser una superestrella.
